Llega el tiempo de la limpieza de fachadas con hidrolavadora
Paredes, techos, suelos y rejas se llenan de suciedades durante el invierno, acumulando polvo y manchas, pero también organismos vivos, lo que requiere de una limpieza profunda al llegar la primavera.
Se avecinan los días en que el sol está más presente pero aún no aprieta el calor, por lo tanto, es el momento ideal para ir pensando qué servicio de limpieza puede mejorar el aspecto del edificio de manera efectiva, eficiente y duradera.
La primavera es un momento óptimo, al igual que el otoño, porque el sol ayuda a secar la parte de la fachada que decidamos abordar con una limpieza profunda utilizando la técnica de hidrolavado.
Las hidrolavadoras vienen utilizándose hace mucho tiempo y consisten en un tipo de limpieza que utiliza la fuerza del agua y, muchas veces también soluciones químicas, para remover la suciedad.
Si bien se utiliza en diferentes industrias, en los servicios profesionales de limpieza general se emplean normalmente para el ámbito externo, como tejados, paredes, muros y suelos exteriores.
En estas áreas, la acumulación de suciedad durante una temporada, o incluso durante algunos años, produce manchas que resultan difíciles, como las de corrosión, óxido y calcio, pero también se suelen encontrar moho, algas y otras bacterias que promueven ecosistemas y pueden resultar incluso peligrosas para la superficie y la estructura.
Por lo tanto, tratando el problema de manera adecuada, el hidrolavado puede resultar un gran aporte a la valoración del edificio, no sólo en términos estéticos, sino en calidad estructural, evitando humedades y filtraciones.
Métodos de limpieza con hidrolavadora industrial
La limpieza de fachadas puede resultar compleja y requiere de la visita de un profesional para evaluar la situación: conocer el material a trabajar, el tipo de suciedad y su acumulación en áreas difíciles, así como la circunstancia particular del área y su potenciales problemas.
Estos pocos aspectos determinan el tipo de limpieza al que se debe someter la superficie para asegurar una limpieza efectiva y duradera, evitando cualquier tipo de daño sobre el material de construcción.
Las técnicas más utilizadas son:
- Limpieza de fachadas con agua a presión: resulta la forma más eficaz para el repaso periódico de suelos, techos y fachadas que han sido limpiadas en profundidad recientemente, tratándose de superficies donde la suciedad está poco adherida. Lo importante de este método es controlar la presión del agua para evitar cualquier daño en la superficie; una presión excesiva puede incluso erosionar la piedra natural.
- Limpieza de fachadas con chorro de arena: si bien es una técnica que puede utilizarse directamente en seco, suele resultar también complementaria a la técnica de limpieza de agua con presión, ya que cabe recurrir a ella cuando resulta imposible eliminar la suciedad incrustada con agua nebulizada a una presión que no dañe el material de la superficie. Aquí, lo que se tiene en cuenta es la granulometría de la arena según el tipo de superficie a limpiar.
- Limpieza química superficial a baja presión: se vuelve una acción necesaria especialmente en techos y suelos, sobre todo para atacar problemas de moho, algas y deposiciones de aves, que deben ser eliminados completamente para evitar que se presente problemas mayores. Actualmente, se utilizan productos químicos bioderadables, amigables con el medio ambiente y seguros para la salud de las personas que habitan la edificación.
En todos los casos, la limpieza con hidrolavadoras o hidrolimpiadoras debe llevarla a cabo un profesional con las certificaciones que lo autoricen a trabajar con estos instrumentos y productos químicos que, utilizados de forma incorrecta, pueden resultar peligrosos para las personas y las edificaciones.
Una limpieza inadecuada con hidrolavadora puede producir serios problemas de filtraciones en paredes y techos, al igual que deteriorar suelos de cerámica, baldosa, hormigón y hasta piedra, aumentando su porosidad y desgaste.
El trabajo realizado por un profesional de la limpieza en edificios y exteriores garantiza el adecuado tratamiento posterior de las superficies, siempre que resulte necesario aplicar correcciones en sitios puntuales para evitar problemas futuros, y garantizar la mayor durabilidad de la limpieza.
Una fachada como nueva ofrece una mejor imagen del negocio y por eso resulta indispensable aprovechar la primavera para realizar una limpieza y mantenimiento duraderos con las técnicas de hidrolavado.