Cuál es la importancia del código de color en la limpieza profesional
Si bien se trata de una práctica normalizada en el mundo de la limpieza profesional, aún hay quienes desconocen el amplio alcance de este factor clave de la seguridad.
El uso de instrumentos de limpieza en colores específicos está muy lejos de ser un mero capricho o decisión unilateral de algún integrante del equipo.
Si bien el principal objetivo de esta práctica es prevenir la contaminación cruzada, que puede ocurrir al transferir gérmenes, bacterias y otros agentes contaminantes de una superficie a otra, también es un elemento clave para:
- Identificar fácil y rápidamente los instrumentos de trabajo y los productos que se deben utilizar en cada superficie.
- Formar y capacitar al personal nuevo, utilizando la asociación de colores para instrumentos, herramientas y productos que pueden utilizarse en determinadas áreas de trabajo.
- Mejorar la imagen, pues se trata de un modelo de organización y cumplimiento de estándares que transmite una imagen positiva a los visitantes.
Junto con todo esto, en algunos sectores -como en la atención médica y en la industria alimentaria- los instrumentos que se utilizan para la limpieza y desinfección han de estar perfectamente identificados, y es cuando el código de color puede incluso resultar en un requerimiento.
Protocolo y código de color en instrumentos de limpieza
Si bien existe un código de color universalmente reconocido, el protocolo interno debe especificar claramente el uso de los instrumentos y productos según el tipo y la situación de las superficies en toda la instalación.
El código más utilizado combina los siguientes colores con superficies e instrumentos:
- Rojo: se trata de áreas donde la carga bacteriológica suele resultar muy alta, como los servicios sanitarios y aseos. Aquí se utilizan microfibras, paños, escobas, cepillos y cubos de gran resistencia, ya que tomarán contacto permanente con productos químicos para limpieza sanitaria.
- Azul: utilizado para identificar áreas de menor carga bacteriológica dentro de los mismos sectores, como baldosas, azulejos, duchas y lavabos. Aquí se utilizarán productos químicos de baja contaminación, por lo que se trata de instrumentos para su uso húmedo con menor resistencia.
- Verde: con el que se identifican los sitios en los que se consumen alimentos, como cocinas y comedores. Aquí se utilizan tanto instrumentos secos como húmedos, los que entrarán en contacto con productos de higiene no contaminantes.
- Amarillo: para una limpieza más general en espacios comunes, tanto con productos húmedos como en seco, lo que facilita su preservación y extensión de su vida útil. Se utilizan de manera general para salas, pasillos, oficinas, áreas de recepción, entre otras.
En algunos casos, también puede encontrarse el uso de instrumentos con etiquetado blanco, ya sea para espacios no categorizados, donde podrían incluirse las áreas exteriores y estacionamientos, como para sitios industriales que requieren una categoría extra en su propio protocolo.
Tal y como vemos, el uso de colores en el ámbito de la limpieza profesional es un elemento central para garantizar una higiene y desinfección eficientes en cualquier tipo de instalación.